28 abril 2008

Viaje a NY Final


Domingo, último día. Estamos un poco tristes pero aún nos quedan cosas por ver. Cogemos un barco y hacemos un crucerito por el río. El guía está giradísimo y se pone a hacer el pino. Cuando salimos, vamos a BH a comprar una cámara. Es un sitio muy curioso, en el que la mayoría de los vendedores son judíos con bonete y tiene un sistema de venta peculiar. En cada zona hay alguien que te ayuda a elegir lo que necesitas, imprime una foto y vas a un mostrador a encargarlo. En ese mostrador te hacen la factura y encargan el cacharro para que lo veas. Lo suben en una caja verde a través de una cinta transportadora en cuestión de segundos. Una vez que lo ves y das tu conformidad vuelven a meterlo en la caja verde. Tú bajas de planta a las cajas. En caja pagas y te dan un recibo. Con ese recibo vas a un cuarto mostrador a recoger tu mercancía. Curiosísimo, pero efectivo.

Cogemos la maleta para comer cangrejos en el Oyster, el otro día nos quedamos con las ganas y le queremos contar a Marcelo que tal se nos dio en Cold Springs. Tendrá que ser otro día porque está cerrado. Buscamos otro sitio para comer con el mismo resultado, los restaurantes cierran los domingos. Por supuesto están abiertas todas las cadenas tipo Starbucks y por suerte una hamburguesería en la que nos comemos solo media cada uno porque son una borriquería. Es curioso que en una ciudad en la que hay más sitios para comer que gente, nosotros hayamos tenido tantos problemas para encontrar sitios de comer o cenar. Para compensar todos los sitios han estado muy bien, excepto los desayunos por eso de la porquería del café.

Con mucha pena, nos vamos al aeropuerto. Pena por acabar las vacaciones y pena porque Calvin vuela a España y yo a Chicago. En Chicago poca cosa. Las clases, las americanadas de los americanos y mucha lluvia. Por suerte menos frío que en NY aunque tampoco he salido mucho como para agradecerlo.

Hoy es viernes, estoy en el aeropuerto y vuelvo a casa. Miro por la ventana y veo un aeropuerto como otro cualquiera y cuando venía hacía aquí tampoco el paisaje era muy diferente. Sin embargo las culturas, pese a ser occidentales sí lo son. La capacidad de hacer negocio de cualquier cosa, el sentimiento de patriotismo, la responsabilidad social, el entusiasmo por todo lo que hacen y la amabilidad son las cosas que más me han llamado la atención de los norteamericanos. En lo demás, no son muy diferentes a nosotros. En Europa nos metemos mucho con ellos por lo de las guerras, el capitalismo y porque atacan países que no saben ni donde caen. Sin embargo, son millones, de todas partes del mundo, seguro que aquí está el más listo y el más tonto, el más bueno y el más malo. No me gustaría ser uno de ellos pero me caen bien. Al menos lo suficiente como para querer volver.

24 abril 2008

Viaje a NY 4ª parte


El viernes decidimos que se acabaron las prisas, lo único que tenemos que hacer es pasear. Y lo hacemos, menuda paliza. Cogemos el metro hasta el City Hall y desde allí subimos por Mulberry Street para cruzar Chinatown. Realmente es como viajar a Pekín, y sorprendentemente descubrimos una funeraria. Debe ser que los chinos, a pesar de lo que dicen, sí que se entierran. Seguimos por esa calle y de repente no vemos más que restaurantes de pasta. Estamos en Little Italy, dicen que casi ha desaparecido sin embargo aún queda un poquito del ambiente italiano. A la izquierda, cuando cruzamos Canal ST, dejamos los puestos de imitaciones de bolsos y relojes. La otra vez que estuve aquí sí que lo vi y compré un bolso falso a una china muy misteriosa que nos subió a una tienda clandestina en un segundo piso y no hacía mas que gritar “Come on, come on, police, police”. Un “dior” por treinta dolares.

Seguimos paseando y bajamos por Bowery, la trastienda de Chinatown y Little Italy donde se venden todos los achiperres para los 13000 restaurantes que hay en esta ciudad. Se vende de todo: sillas, cámaras frigoríficas, sartenes… Y por supuesto no todo nuevo, con lo que se puede ver a algún chino raspando la grasa de un horno que vivió mejores tiempos.

Volvemos a subir por la Lafayette, con sus tiendecitas hippies y acabamos en el Flatiron. Comemos en Gramercy Tavern. El más recomendable de todos. Un sitio elegante (pone vestimenta adecuada pero nosotros ibamos en vaqueros y zapatillas y no nos dijeron nada), con una comida riquísima, no excesivamente caro y un servicio excelente. Dos camareros muy simpáticos y atentos que nos trataron fenomenal. Nos reseteamos.

Seguimos por la sexta y la zona gay, y después por Bleecker. Es una calle muy larga que tiene un poco de todo pero la zona curiosa es la zona de la sexta. Es la zona de marcha para los universitarios con muchas cervecerías y unos edificios de viviendas muy chulos. Seguimos por Bleecker hasta Broadway, en la zona de las tiendas del Soho. Otra vez de compras. Por segunda vez me quedo sin ver el interior de la tienda de Prada. Tendré que volver. Nos volvemos a quedar sin cenar, pero nos lo hemos comprado todo.

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Madrugamos un poco y vamos al Rockefeller. Hemos visto la ciudad desde el Empire State de noche, ahora la queremos ver de día. Subimos al Top of the Rock, y nos quedamos de nuevo tontos con las vistas. No sé qué me gusta más si ver la ciudad de día o de noche. Creo que es obligatorio hacer las dos cosas. Lástima que desde aquí no se ve el Chrysler, el edificio más bonito de toda la ciudad. Quizás por eso sería mejor hacerlo al revés. De día al Empire y de noche al Rock.

Después del Rockefeller vemos la Biblioteca, es como el cole de Harry Potter, de madera con una luz muy agradable y le incita a uno a estudiar. Creo que te puedes hacer el carnet en el momento para coger un libro. La entrada y el Wi-fi son gratis.

Aun es temprano, cogemos el tren del río Hudson y nos vamos a Cold Spring. Cuanta agua tiene ese río, es increíble. En un par de horas estamos allí, el viaje es muy agradable y el pueblo encantador. Comemos en un bar en West Street (lo siento no consigo acordarme del nombre) con unas vistas preciosas, en una especie de casa colonial con comida muy rica y servicio superatento otra vez. Nos estamos acostumbrando a unos camareros tan tan amables, ya veremos qué pasa cuando demos con uno borde en España. Joebey nos cuenta que lo que vemos al otro lado del río es Westpoint, la famosa academia militar de Oficial y Caballero, y que en parte gracias a ella, el pueblo sobrevive. Al otro lado del monte están las fábricas. Es un pueblo pequeño pero hay más iglesias que casas. Eso sí no hay dos repetidas: que si baptista, que si episcopaliana, que si católica… para todos los gustos. Mansiones, gente saliendo de misa saludando al pastor y ni una persona negra.

Volvemos a Manhattan pero por el camino casi nos morimos de la risa. El conductor tiene el día tonto y se pasa el viaje anunciando las paradas con rimas y chistes. Cuando llegamos a la estación no nos deja bajar porque dice que las puertas se han atascado y no tiene control sobre ellas. Están locos estos americanos. Por tercera vez, nos quedamos sin cenar.

23 abril 2008

Viaje a NY 3ª parte


Al día siguiente fuimos al Met. Que barbaridad de museo, es gigantesco. A mi me encanta la colección de impresionismo y vanguardias pero en ese museo hay 5000 años de historia. Imposible verlo todo en unas horas, es recomendable llevar una idea clara de qué ver. Yo podría haberme pasado todo el tiempo mirando los cipreses de Van Gogh.

Por cierto la entrada al Museo (20$) es “Sugerida”. Es decir si no quieres, no pagas. Pero lo curioso es que todo el mundo paga. Es esa filosofía de los norteamericanos, de “cómo esto también es nuestro tengo que pagar por ello”. No como en España de “sólo pago porque me obligan”. Curiosa filosofía que por fin me hace entender la necesidad de patriotismo de los norteamericanos que sorprende tanto en nuestro país.

Cuando acabamos hasta el gorro de cuadros, comemos en J.G. Melon. Un sitio muy auténtico y geniales hamburguesas. Muy recomendable. Cruzamos Central Park. A uno le dan ganas de ponerse a correr, como en las pelis, eso es muy divertido. Aunque lo mejor de Central Park es que hay música en todas partes, y de todo tipo. Le compramos un disco a unos chavales que tocaban muy bien. ESQUE se llaman. Cuando sean famosos saldremos en la tele diciendo que los descubrimos nosotros. Seguimos paseando. El Belvedere muy romántico y Strawberry Fields muy emotivo. Creemos un par de hippies de los que hay por allí viven permanentemente en uno de los bancos.

Volvimos a coger el metro hacia Midtown, esta vez íbamos a ver un partido de basket de los New York Knicks contra los Miami Heat en el Madison Square Garden. Ese sitio es muy curioso, es un ejemplo claro de cómo los neoyorquinos son capaces de hacer negocio de cualquier cosa y por qué son por tanto el país más rico del mundo. Lo montaron en una estación de tren y empezó como hipódromo. En los años de la crisis como no daba dinero decidieron que valdría para todo lo que la gente estuviera dispuesta a pagar. Así que fue sede de peleas de boxeo, carreras de bicis, espectáculos de circo, conciertos, hockey, baloncesto. Cualquier cosas que genere pasta.

Un partido de la NBA es algo un poco extraño. Es un sitio grande, con muchas luces, un locutor que grita todo el rato, en los tiempos muertos están las cheerleaders y los chavales de los tambores… Las pantallas de los marcadores, están todo el tiempo haciendo cosas, ponen entrevistas divertidas a los jugadores, enfoca a la gente del público que hace payasadas e incluso le sirve a un novio para pedirle matrimonio a su chica. Visto así es algo que promete ¿no? Montones de bares detrás de las gradas, sitios de comida (como no), tiendas (como no), gente, jaleo… y de repente empieza el himno que canta una chica en directo, todos se ponen de pie y empieza el partido. ¡Empieza la fiesta!!!!??? Pues no, la gente se calla, hay un silencio increíble y se oye el chillido de las zapatillas de los jugadores sobre el parquet. Nuestras caras son un poema. De vez en cuando se oye a algún gordo gritando “Oh, yeah” y algún que otro “Defense” cuando ataca el equipo contrario. Y ya está. Luego vienen los tiempos muertos y empieza el jaleo de nuevo. Es algo extraño para un europeo acostumbrado a los hinchas de fútbol, las canciones, la ola, los gritos, y los insultos al árbitro. De todas formas fue divertidísimo, y no me decepcionó en absoluto.

Salimos muy contentos del partido y hambrientos, y mira que había cosas para comer pero solo habíamos comido unos pretzels (que vienen a ser colines, de verdad que no se que le ven). Sin embargo, nos quedamos sin cenar, a las 10 de la noche las cocinas cierran en NY y cuando nos queremos dar cuenta, ha cerrado hasta el Starbucks. ¡Todos!

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Es jueves, ha pasado la mitad de la semana y nos queda aún mucho por ver y no hemos hecho ninguna compra. Así que vamos un poco a la carrera porque por la tarde queremos ir a un Mall en New Jersey. Por la mañana muy temprano vemos el MOMA. Es un gran museo, pero los que no sabemos apreciar el arte moderno, nos quedamos con la 5 planta, vanguardias. Genial colección. Vuelvo a quedarme idiota viendo la Noche estrellada de Van Gogh. Calvin prefiere las Señoritas de Avignon. Y por desgracia se queda sin ver los cuadros de Hopper. Para la próxima.

Cruzamos corriendo Central Park otra vez, nos espera el Museo de Historia natural. Tiene la mayor colección de fósiles de dinosaurio del mundo. Es una pena no tener tiempo, porque es un lugar para pasarse la semana. Sin embargo, vemos muchas cosas, dioramas de cómo se vivía en los orígenes en Asía, África, América, los dinosaurios, la ballena gigante, las gemas… Para la próxima nos queda pendiente también el Rose Center. Cogemos el bus en Port Authority y nos vamos a New Jersey, que viene siendo el backstage de Manhattan. Sin embargo, tiene algo genial que ésta no tiene: las vistas, desde Nueva York no puede verse Nueva York. En cambio, desde New Jersey hay una magnífica vista del skyline. No se nos dan mal las compras, suerte que el dólar esté devaluado y en New Jersey no tengan impuestos.

Volvemos al hotel, necesitamos relajarnos un poco así que cenamos en Les Halles. Es un restaurante francés con el segundo mejor foie que he comido (el primero está en Oviedo) y un vino tinto riquísimo. Un poco oscuro el lugar para mi gusto y un poco ruidoso, sin embargo la comida, el vino y el ambiente a media luz nos permite relajarnos un poquito.

17 abril 2008

Viaje a NY 2ª parte


Como queríamos aprovechar bien los 7 días, investigamos un poco. Hay infinita información en Internet, especialmente interesante http://www.vivenuevayork.com/. También compramos un libro sobre la ciudad Historias de NY de Eric González, con cosas curiosas que no vienen en las guías. Y por supuesto la guía del País Aguilar: itinerarios cómodos, curiosidades interesantes y siempre acierta con los restaurantes recomendados.

Llegamos el lunes por la tarde al hotel Grand Union. Un poco cutre y algo ruidoso pero limpio y céntrico. Los hoteles son muy caros en NY así que para el tiempo que estuvimos allí fue más que suficiente (Calvin no opina lo mismo, pero el no conoce la habitación del pánico de Varsovia, así que aún es un sibarita). Nada mas dejar las maletas nos abrigamos bien (hace un frío que pela en NY en marzo) y nos fuimos al Empire State Building. Impresionante, majestuoso, elegante, no sé, todo. Está abierto hasta medianoche, así que se puede decidir si se quiere ver la ciudad de día o de noche. Dicen que la mejor hora es el atardecer, porque el espectáculo de ver como se van encendiendo las luces de los edificios es impresionante. Es posible, pero las colas también lo son así que igual es preferible buscar una hora menos concurrida. Por las mañanas hemos visto colas que llegan a la calle y nosotros, aunque fuimos sobre las 9 de la noche tardamos una hora o dos en subir. Además estaba en obras lo que no facilitaba mucho las cosas. Sin embargo, la espera merece la pena. No sé como explicarlo, es como estar en la cima del mundo. Las luces de los edificios, ver las calles tan pequeñas, dejarse envolver por el ruido de los coches. No me extraña que se hayan rodado tantas películas. Sólo una cosa da muy muy mal rollo. Ver los aviones de los aeropuertos cercanos pululando por allí.

Después cenamos en el Buba Gump de Times Square y nos reímos mucho de las ocurrencias de los americanos a la hora de poner un negocio.









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Al día siguiente bajamos a Downtown a la zona financiera. Paseamos por Battery Park. ¿Sabéis que se construyó sobre terrenos ganados al mar gracias a los escombros de la construcción del WTC?. Lo del WTC es una experiencia. Sobrevuela sobre las obras un silencio que se hace muy raro en esa ciudad y le hace a uno pensar mucho. Se te encoge el corazón. Sin embargo te das cuenta de lo diferente que reaccionan unas ciudades y otras ante una tragedia similar. NY está llena de fotos de las torres, del ataque, hay tiendas de souvenirs para recoger dinero para las víctimas, un museo-memorial…. No se me ocurre que en Madrid hubiera algo similar. No creo que nadie estuviera de acuerdo. Y me alegro de eso.

Visitamos después Trinity Church, una preciosa iglesia en la que una mujer estaba oficiando una misa anglicana y después paseamos por Wall Street. Es curioso que un sitio tan escondido y pequeño sea el centro económico de nuestro mundo. Algo más arriba está la Reserva Federal. Si lo haces con 3 semanas de antelación puedes concertar una visita a las reservas de oro (el 30% mundial!!!!!). Nosotros no lo sabíamos.

A pocos metros de allí está el Seaport, quizas lo que más me guste de NY. Es como si uno se saliera de la ciudad, no tiene nada que ver y sin embargo es la ciudad misma con sus tiendas, sus restaurantes, sus gentes de mil sitios distintos, las entradas para Broadway… pero con vistas al mar (realmente ahí es un estuario no un río). Comimos en el Bridge Cafe . Un sitio tranquilo y acogedor con una comida buenísima y unas buenas vistas al puente de Brooklin. Que obra de ingeniería tan espectacular. Cruzamos al otro lado y cogimos el metro a Midtown. Dimos un paseo por allí y fuimos a Gran Central Terminal. Que preciosidad de estación y por supuesto con sitios para comer. El más famoso es el Oyster Bar, un restaurante famoso por sus ostras pero sobre todo por los cangrejos de caparazón blando que se recogen a finales de invierno. Entramos y tomamos un cosmopolitan con Marcelo. Es un ecuatoriano que lleva la tira en NY y nos cuenta cosas muy interesantes y nos recomienda pasar un día en Cold Springs para conocer un lugar más parecido a Estados Unidos que NY. Después de la copa nos tomamos un mojito en el Jazz Standard, escuchando un concierto de jazz. Yo no entiendo mucho el free jazz y aun así me gustó. Calvin flipa.

15 abril 2008

Viaje a NY 1ª parte


Calvin y yo hemos estado una semana en Nueva York.



Primera conclusión: es como estar en una peli. Cada calle, cada esquina, cada fachada ha sido el escenario de alguna película o alguna serie. Cuando me estuve preparando el viaje la semana de antes, mirando por foros de viajes y demás, la gente no preguntaba por restaurantes, sitios chulos o cosas interesantes que hacer. Sino por donde se podían encontrar los decorados donde se ruedan Los Soprano, Sexo en NY o Friends. Uno se pasa el viaje recordando la filmoteca particular. Es genial porque luego cuando vuelves a España, si te apetece fastidiar a los que van contigo al cine solo tienes que pasarte la peli diciendo “eh, yo he estado alli!!!!!”

Segunda conclusión: es todo tamaño XXL. Me sentía como Gulliver en el país de los gigantes. Los edificios son grandes, los coches son grandes, las calles son grandes. Hasta las magdalenas y los cafés son grandes (y malos, que hay que fastidiarse lo malo que está el café en este país, por suerte las magdalenas están bien ricas, para compensar, solo que las llaman muffin, mu raros estos americanos). El caso es que siendo todo maxi, yo que mido menos de metro sesenta pues me siento bastante fuera de lugar.

Por supuesto, la gente también es grande, pero no sólo altos, que lo son, sino gordos. Pero no gordo, de me estoy poniendo gordo, no, sino gordo de gooooooooooordo. Realmente la obesidad es un problema grave en Nueva York. En algún sitio he leído que se ha pasado de la preocupación por el crack de los años 80-90 a la preocupación por las 6 comidas diarias y las grasas saturadas. La gente come a todas horas, en cualquier esquina hay un puesto de hot dogs, preetzels o un starbucks (más que papeleras oiga, yo creo que tocan a uno por cabeza). En los museos hay carteles indicando a partir de qué punto no se puede pasar comida porque ver gente comiendo en la calle, las tiendas o en cualquier local es lo más habitual. Lo de tomar café en vaso gigante de cartón por la calle es a NY como el no poner jamás el intermitente cuando uno conduce en Madrid, normas del Ayuntamiento.

Dicen las guías de viajes que NY es una ciudad para caminar. Bueno, yo creo que todas las ciudades lo son. En las calles de una ciudad, ves cosas muy raras, como a 7 polis en 4 o 5 coches de policía deteniendo a un pobre negrito (lo mismo era un asesino en serie no se, pero me dio pena el chaval), la poli a caballo (creemos que la pone el ayuntamiento para el turismo, ¿te imaginas una persecución a caballo? Que flipe…), chavales bailando street dance en el metro, un chico pidiéndole matrimonio a su chica en el Empire State…. Os recuerda a alguna peli? Pues eso, que es como si los guionistas estuvieran por todas partes y todo fueran escenarios de cartón piedra y nosotros los extras sin darnos cuenta.

Además, conocimos gente superinteresante. Marcelo, del Oyster Bar nos dijo un sitio genial para pasar el último día, en Old Springs. Jowbie nos contó que Old Springs realmente es el pueblo donde está West Point, la academia militar. Y Elisse y el otro camarero del Gramecy Tavern nos explicaron como pedir bien una caña o un café y les contamos que la próxima vez que vayan a España tienen que comer migas. Gente muy agradable en Nueva York, me llevo la seguridad de que en NY están los camareros y dependientes más agradables que he visto en ningún sitio. Viven del turismo y las propinas y lo saben.

Quizás es por eso o porque nadie es de allí, no se, el caso es que uno no se siente extraño en NY. NY es un mundo en pequeñito. Todos los tonos de piel están allí. Más de 160 nacionalidades. Restaurantes de más de 100 tipos de gastronomía diferente. Todos los acentos posibles. Uno se da cuenta de que seamos de donde seamos, tenemos más cosas en común de lo que creemos.

03 enero 2008

Santa vs Reyes Magos

Diálogo de besugos navideño:

A: Mira, yo es que prefiero a Santa, mas que nada porque santa solo hay uno, por lo que es mas dificil para el ver que no he sido una niña buena, pero los reyes son tres y quieras o no hay mas probabilidad de que me vean haciendo algo malo....
Ademas, Santa tiene un master en bajar por chimenea ( y en mi casa hay chimenea) pero lo de los reyes no esta claro como entran a dejarte los regalos en los zapatos, y si su tecnica no la tiene perfecionada? Que pasa? Te quedas sin regalos?

H: No, no, no. Santa es europeo por lo que esta mas cerca y ve mejor si no has sido buena, los reyes son de oriente y demasiado tienen ya ellos con lo que hay por alli como para ver que se hace tan lejos. Ademas son tres con lo cual pueden cargar con mas regalos. Y santa es un pijo que solo baja por chimeneas, y ¿los que no vivimos en un sitio con chimenea? Los reyes son democraticos y entran por las ventanas que en todas las casas hay alguna.

Y los reyes lo dejan en los zapatos que siempre caben mas cosas que en los calcetines

A: mentira porque a papa noel le pones lo de las almohadas!!! Y vive en el polo donde tiene una fabrica de juguetes, los reyes se pasan el año mirando las estrellas y solo tienen camellos lentos, santa tiene renos rapidos y velecos y un carruaje donde entran mas juguetes. Y ademas si no encuentra chimenea entra por las ventanas tambien! ; - p

H: Que almohadas? Se te ha ido la pinza mucho. Papa Noel es un explotador de pobres enanos, que les hace trabajar montones de horas mientras el solo trabaja un dia al año. Los reyes no trabajan porque son magos, asi que no les hace falta que nadie fabrique sus juguetes porque los consiguen de la magia. Y los camellos por lo menos son amigos entre ellos y no como los renos que se rien del pobre rudolf, son maaaaaaaaalos. Ademas papa Noel esta goooooooooooordo y no hay evidencia escrita de que exista y los reyes magos salen en la Biblia asi que sí que existen. ;-PPPPPP

A: ahhhhh te acepto todo lo que dices menos lo ultimo bonita!

Inculta, San Nicolas era un señor que vivia en el mediterranea en una isla, se cree que era Chipre. Era un señor que vivia solo y soltero y venia de una familia muy rica y se pasaba la vida ayudando a la gente de su pueblo. Atencion! Uno de los vecinos tenia tras hijas a las que no consegui casar y se hacian mayores y no tenia dinero para mantenerlas.... y Nicolas le ofrecio darle dinero para ayudarle pero el aadre no lo acepto. Esa noche cuando estaban a la luz de la chimenea, por una ventana que tenian abierta Nicolas les tiro una bolsa de dinero, pero ellos se la devolvieron, por lo que a la siguiente noche cerraron todas las puertas y Nicolas tuvo que meter la bolsa de dinero por la chimenea ( esto ocurria el dia 24 de Diciembre) porque el padre no tenia dinero para celebrar la navidad..... y Por eso papa noel baja por la chimenea. Cuando se murio lo querian tanto he hizo tantas cosas buenas por su pueblo que lo hicieron santo, por eso se llama San Nicolas!!!!

Toma tonta que no te enteras!

PUES ESO, QUE TENEMOS POCO TRABAJO. FELIZ NAVIDAD!!!!!!

18 junio 2007

España y Olé!

Cumplir 30 años merece una celebración por todo lo alto, y por eso nuestra primera mazo treintañera tuvo una celebración muy especial.
Ni Naciones Unidas habría congregado tantas nacionalidades juntas en una sola cena ; )
Llegaron amigos de todas las partes del mundo y aquellos que no pudieron venir dejaron su "huella" con fotos e historias memorables o con su tarta de cumpleaños en un calendario artístico.
Lo importante es que aunque no esté en España, rebosa raices latinas y españolas y sino mirad esta foto:


Muchas felicidades Amy!!!